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Queridísima Julieta:
Concuerdo en que la pasamos tan bien que nos olvidamos del tiempo. De todo.
Me gustaría que vinieras a visitarme en vacaciones de invierno, pero también que vengas antes. Podría ser en obnibus, un fin de semana largo, de esos en los cuales el viernes o el lunes es feriado. Ya siento que no te veo hace mil años, pero no me olvido de tu rostro, ni de nada que tenga que ver con vos, con tus gustos.
Escribo por todos lados tu nombre, ¿podés explicarme por qué?
Es un sentimiento raro, de necesidad. Te necesito.
Tres días más de libertad y luego de nuevo comenzar mi vida de convicto en mi escuela... estoy bromeando.
No lo olvides. Te necesito. A vos.
Maximiliano
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