Le agradezco a mi santo, el de los que no se creen ninguna, por haberme engañado otra vez y dejarme a tus pies como un ciego que busca y encuentra, después de perderse hasta
e n l o q u e c e r.
Sería una real pena no volver a tocarte otra vez.
~Callejeros~
No hay comentarios:
Publicar un comentario