28.9.11



Tengo mis días en los que todo está muy mal, como hoy. En los que odio todo, el colegio, mi casa, las personas; a mí misma y mi forma de ser. En los que, de verdad, me sale todo extrañamente mal y lo que pretendía ser rutina se convierte en querer romper todo y reflexionar sobre que si no veo mi futuro estudiando o laburando, capaz que no lo tenga y que terminar todo ahora es más fácil que seguirla remando con alfileres en crema chantilly.
 Increíblemente, y a pesar de todas las pelotudeces que dije, estuviste hoy para mí; me bancaste y me sacaste una considerable ración de sonrisas. Me abrazaste cuando quise partirme al medio y te fuiste sólo cuando era irremediable tú despedida. De verdad, no sé cómo estar sin vos; y no quiero estar sin vos. 
Y capaz que fui un poco tonta en volverme tan dependiente, en convertirte en mi adicción; pero ya no importa, a lo echo pecho.
No sé si las cosas van a mejorar, ojalá que sólo sea karma y que me vuelva en cosas buenas; de todas formas, bien o mal, espero poder seguir contando con vos ...

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