Me enloquece tu mirada,me
atropello con tus labios
y entre salivas
resbala el mensaje de los sabios.
Tus ojos entrecerrados parecen mirar lo eterno.
Rodando
desaforados burlamos noches de invierno.
En este juego
convexo tu espalda eclipsa mi ombligo.
Tu sexo para mi sexo el más milagroso abrigo.
Mi espalda
contra tu pecho,mis pechos en el espejo
que refleja desde el techo pecaminosos reflejos.
Y entonces yo les comento que vos
derrochas dulzura,
y ese
rasgo en tu hermosura produce una envidia sana…
imagínate
si cuento lo que hacemos en la cama.
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