30.9.10

La muerte de un inocente


El caso. Matías salió el lunes a la noche de su casa en Ingeniero Maschwitz para ir a una fiesta de egresados en un boliche de la Costanera Norte.

Por la madrugada, de regreso a su casa, Matías y sus ex compañeros del colegio de Pilar al que concurría hasta el año pasado abordaron una combi que habían contratado.

Alrededor de las 5 se bajó de la combi en el cruce del ramal Pilar de la Panamericana y de la ruta 26, cerca de una estación de servicio, para tomar un colectivo que lo lleve a su casa.

Unos 50 minutos después, su padre recibió un llamado de los delincuentes que le exigieron 500 pesos de rescate, aunque más tarde subieron la cifra a 6000.

Durante el martes, los secuestradores hicieron tres llamadas más y la última fue realizada anteanoche, pero nunca más se comunicaron.

El cuerpo del joven estudiante secundario fue encontrado ayer, minutos después de las 16.30, en un terreno baldío de Campana.

Eso es lo que todo el país sabe. Quizá muy pocos ignoran que Matias tenía sueños, toda una vida por vivir. Él, seguramente, se sentía mayor, pero le faltaba tanto todavía. No merecía morir así, ningún ser humano lo merece. Pero hoy en día, te quitan la vida como si fuera un chupetín. Es todo tan sádico, que repugna. Nadie valora nada., ni siquiera la misma vida.

Quizá él hubiera podido escapar, si alguien en toda esa confusión le hubiera creído, cuando se fugó de sus captores, todavía estaría con vida. No culpo a los vecinos, porque yo tampoco le creería, pero, de todas formas, es muy triste que nadie haya dudado. Los secuestradores fueron más vivos.

Ahora, toda una familia, todos sus amigos deberán cargar con uno de los peores dolores, la peor angustia, que es la de perder a un ser querido, de una de las peores formas. Porque fueron tan canallas, de matarlo a quemarropa, por la espalda.

Simplemente pido justicia. Porque Matias pudo haber sido cualquiera de mis amigos, pude haber sido yo.

No se puede vivir con el miedo de saber que no podes salir ni siquiera a bailar y a festejar. Tiene que haber castigo para aquellas personas que arruinan familias, violan el derecho más esencial que es el de la vida. Espero que éstas personas no salgan de la cárcel, que se pudran en su desgracia.

Que se detenga toda esta inseguridad. Basta de vivir con miedo de salir a la calle, vigilando a todo aquel que pasa. Que la justicia haga lo que debe, sin beneficios para nadie.


1 comentario:

  1. IDOLA! tenes la posta, yo vivo sintiendo miedo, y estoy arta, y quiero que se mueran los malditos.
    te amo, car.

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